Para mi tercer día en Marrakech había contratado en el hotel una excursión al Valle del río Ourika. A la hora acordada me recogió un minibús en la puerta del hotel y tras un buen rato recogiendo pasajeros por media ciudad salimos rumbo a nuestro destino.
Marrakech, Marruecos. 13 de julio de 2014
La primera parada fue cerca de Ourika, para ver los poblados beréberes y recoger al que sería nuestro guía el resto del día. Nos llevó a una vivienda «tradicional» beréber para enseñarnos cómo la familia vivía en el piso de arriba y los animales en el de abajo, y cómo generaban los recursos necesarios para vivir de forma autosuficiente. Me llamó la atención que el hombre llevase un polar en pleno julio marroquí…
Ourika, Marruecos. 13 de julio de 2014
Al terminar la visita nos invitaron a tomar el té (el mejor que he probado nunca… en serio…) y unos bizcochos con mantequilla y miel que habían preparado ellos. Muy agradable todo, la verdad.
Ourika, Marruecos. 13 de julio de 2014
Después nos pararon en medio de la montaña por si nos queríamos montar en unos camellos y dar un paseo pero la mayoría dijimos que no (yo ya lo había hecho en Gran Canaria y tampoco es algo que me muera por repetir), así que les hicimos algunas fotos mientras volvían los pocos que se habían apuntado.
Ourika, Marruecos. 13 de julio de 2014
La siguiente parada fue en Arom Montagne, una plantación supuestamente medicinal pero que según los comentarios que vi luego en internet era un poco scammy. No parecía muy serio aquello y no compré nada, a pesar de la insistencia de los guías. Y menos mal, porque hay gente que asegura que lo que compró allí no tenía nada que ver con el material de muestra… Lo único interesante fue ver cómo dos mujeres molían semillas para elaborar aceite de argán.
Ourika, Marruecos. 13 de julio de 2014
No me gustó mucho aquel lugar, pero bueno, es a lo que te arriesgas con una excursión organizada. Después nos llevaron a comer a una pequeña aldea llamada Sti Fadma, en donde se encuentran las cascadas del Ourika. Yo había pagado lo mismo que el resto por la excursión pero era el único que tenía la comida incluida (?) así que me harté de cuscús a la orilla del río.
Sti Fadma, Marruecos. 13 de julio de 2014
Desde allí subimos andando con el guía y todo el grupo hasta las cascadas. El acceso era relativamente difícil, sobre todo a las últimas, y como la seguridad no estaba muy garantizada que digamos nos quedamos en las de abajo con el guía. Allí había muchísima gente y fue difícil disfrutarlo, una pena, pero el ascenso hasta los saltos de agua fue toda una aventura.
Cascadas del Ourika
Sti Fadma, Marruecos. 13 de julio de 2014
La bajada fue mucho más tranquila y pude sacar la cámara sin miedo de reventarla contra alguna roca. Las cascadas del Ourika eran la última parada de la excursión y nada más montarnos en el minibús pusimos rumbo de vuelta a Marrakech.
Cascadas del Ourika
Sti Fadma, Marruecos. 13 de julio de 2014
En el camino de vuelta me tocó la ventanilla que daba al valle en todo momento y pude ver mejor las montañas de color rojizo y las casas de sus laderas. Creo que la excursión estuvo desaprovechada y que las cascadas no merecen tanto la pena, pero bueno, a ver si la próxima vez lo organizo un poco mejor y alquilo un coche para ir un poco más lejos, que era el plan original pero al ir sólo se me salió del presupuesto.
Valle del Ourika, Marruecos. 13 de julio de 2014
Jardines de la Menara
Marrakech, Marruecos. 13 de julio de 2014
Al llegar a Marrakech tras la excursión por el Valle del Ourika, el minibús me dejó en el hotel. Subí a dejar en la habitación lo que no necesitaba y cogí un taxi que me llevase a los Jardines de la Menara, una de las pocas cosas que me quedaban por ver.
Jardines de la Menara
Marrakech, Marruecos. 13 de julio de 2014
Los jardines me decepcionaron bastante. El taxi me dejó en la entrada y tras atravesar una enorme y solitaria avenida llegué a una gigantesca alberca que sirve de depósito para todas las plantaciones de los Jardines de la Menara. Es un paisaje muy tranquilo, sobre todo teniendo en cuenta que está muy cerca de la medina de Marrakech, y al volver a casa y ver las fotos me pareció increíble. Sin embargo, la impresión que me dio aquello en persona fue de descuidado y peligroso, no recomendable para visitarlo en solitario.
Jardines de la Menara
Marrakech, Marruecos. 13 de julio de 2014
Al salir de allí volví a coger un taxi que me llevase al hotel, para descansar por fin después de un largo día de turismo.
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