Arco romano de Roda de Berà, Cataluña
La Vía Augusta fue la más larga de todas las calzadas romanas de Hispania, recorría unos 1500 km desde Gades (Cádiz) hasta Narbo Martius (Narbona, en Francia). Actualmente, en la N-340 la altura de Roda de Berà (provincia de Tarragona), se encuentra uno de los pocos testigos que quedan de aquella calzada: el Arco de triunfo de Berà.
Forma parte del Conjunto arqueológico de Tarraco, ya que en su día servía para marcar uno de los límites territoriales de esta ciudad, y se construyó entre los años 15 y 5 a.C. Fue promovido por un ciudadano de Tarraco llamado Luci Licini Sura, quien lo dedicó al emperador Augusto, el principal reformador de la Vía Augusta (de ahí que a partir de ese momento llevase su nombre).
Nosotros decidimos pasar por allí en nuestro recorrido entre Tarragona y Barcelona, pero hay que desviarse un poco ya que el camino más rápido es por la AP-7 en lugar de por la N-340. No tiene mucha pérdida si vais por esta última, ya que el arco se encuentra justo en medio de la carretera. Ambos sentidos de circulación se separan para rodearlo, lo que dificulta mucho acercarse para verlo mejor (no hay semáforos ni pasos de peatones para cruzar), pero se puede parar el coche fácilmente.