Viernes, 20 de marzo de 2015
20 de marzo – Día seguinte a San Xosé. Eso ponía en la hoja de días festivos de 2015 en Galicia que nos entregaron en el trabajo a principios de año. La primera fiesta tras las vacaciones de Navidad.
Y caía en viernes.
No tardé mucho tiempo en preguntarle a mi amiga Feni si ese fin de semana estaría en Praga, la ciudad en la que vive desde principios de 2013. Le debía una visita desde que ella fuese a Berlín a verme hace ya casi dos años, y ya iba siendo hora de saldar aquella «deuda».
Y por fin llegó el esperado día. La combinación de vuelos más barata que encontré implicaba pasar la noche del jueves al viernes en el Aeropuerto de Londres-Stansted, lo que no es muy estimulante así a priori (sobre todo cuando uno nace con ese defecto de fábrica que no le permite dormir en algo que no sea una cama) peeero uno no piensa en esos pequeños detalles hasta que está allí. Al final pasé el rato lo mejor que pude tirado en el suelo leyendo a Stephen King y jugando al Final Fantasy VII hasta que la batería del portátil dijo basta (me llevé hasta el adaptador, pero no hay enchufes en Stansted no os molestéis en buscar…).
A eso de las 9 y media de la mañana mi avión aterrizaba en el Aeropuerto de Praga Václav Havel, y Feni me había mandado un PDF con instrucciones bastante claras con lo que tenía que hacer para poder encontrarnos: coger el bus 119 (se compra el ticket de 90 min por 32 Kč en unas maquinitas amarillas en la parada o dentro del aeropuerto en el puesto de transporte público), bajarme en la última parada, que se llama Dejvická (se pronuncia algo así como ‘Yeiviska’), y por último entrar en el metro y tomar la Línea A (la verde).
El cansancio me podía, y no era muy consciente de lo que pasaba a mi alrededor. Pasar el control de pasaportes, tener coronas checas por primera vez en el bolsillo, ver precios en Kč y anuncios con páginas webs terminadas en .cz por todas partes… Nada, todo me resultaba de lo más normal hasta que un grupo de adolescentes entró conmigo en el metro hablando bastante alto en una lengua que no había escuchado en mi vida.
Y entonces la realidad cayó sobre mí (¡por fin!).
«Estoy en la República Checa por primera vez, y acabo de llegar a su capital.»
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Con ganas de saber mas sobre ese logro!!
a ver si publico algo mañana o pasado
Praga es mi ciudad favorita de Europa, tan romántica y gótica, le guardo un cariño muy especial. Un saludo de la cosmopolilla.
A mí me ha encantado… Una pena no haber pasado más días jeje ¡Saludos!
Me alegro que hayas desbloquedao este objetivo. Seguro que has disfrutado mucho del país!
¡Muchísimo! Solo he estado en su capital, pero espero volver pronto ¡Saludos!
Con ganas de leer más!!
Tomaré buena nota para preparar mi viaje de julio
Saludos viajero!!
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