La ermita de Santa Caterina del Sasso a orillas del Lago Maggiore
Cuenta la tradición que, alrededor del año 1170, un mercader llamado Alberto Besozzi fue sorprendido por una tormenta mientras navegaba por las aguas del Lago Maggiore, en el noroeste de Italia. Tras sobrevivir al naufragio, el mercader decidió retirarse en aquel lugar para profesar una vida ascética y solitaria, edificando para ello una capilla dedicada a Santa Catalina de Alejandría, de la cual era muy devoto. La capilla que construyó, cuyas dimensiones siguen las del sepulcro de la santa en el Monte Sinaí, se convirtió con el paso de los siglos en un importante monasterio.
Vistas del Lago Maggiore desde el patio principal
El original emplazamiento del monasterio es quizá su principal atractivo, ya que se encuentra a los pies de uno de los espectaculares precipicios ubicados en la orilla este del Lago Maggiore. Para llegar al monasterio desde el aparcamiento hay dos opciones: un pintoresco camino escalonado o bien un ascensor construido en la roca dentro de un pozo de 55 metros de profundidad. Ambas opciones son interesantes, tanto por las espectaculares vistas del lago que se disfrutan desde el camino como por la magnífica obra de ingeniería que representa el ascensor, por lo que recomiendo tomar la primera opción en la bajada y la segunda en la subida. También se puede acceder en ferry, pero nosotros esa opción no la contemplamos.
Acceso al camino y al ascensor
Camino de bajada a la ermita
Vistas del Lago Maggiore desde Santa Caterina del Sasso
Túnel de acceso al ascensor
Muelle de la ermita
Exceptuando el viaje en ascensor, que cuesta 1€, la visita al monasterio es gratuita, y se pueden recorrer libremente tanto el patio principal como la arcada que lleva a la iglesia (el mejor lugar en el que pararse a disfrutar de las vistas como es debido). También se puede entrar en la iglesia, cuyas paredes y bóvedas se encuentran ampliamente decoradas por frescos y al final de la cual se pueden ver los restos del mercader y de la capilla primitiva.
Los restos del beato Alberto Besozzi
Interior de la capilla primitiva
En un entorno tan congestionado y explotado por el turismo como es el Lago Maggiore (sobre todo en agosto, que es cuando fuimos), nos sorprendió mucho lo relajada que resultó la visita a la ermita y el hecho de que no nos cobrasen entrada. Esos dos factores, unidos a su indudable valor arquitectónico, cultural y paisajístico, convierten a la ermita de Santa Caterina del Sasso en mi principal recomendación a la hora de visitar los lagos de Ticino y Lombardía.
Vistas del Lago Maggiore desde Santa Caterina del Sasso
Vistas del Lago Maggiore desde Santa Caterina del Sasso
Detalle de la arcada que da acceso a la iglesia
Patio principal
Conjunto escultórico situado en el patio
El monasterio desde la iglesia
Interior de la iglesia (con la capilla primitiva y los restos del beato al fondo)
Interior de la iglesia
Interior de la iglesia (detalle del retablo)
Interior de la iglesia (detalle del retablo)
Patio principal
Patio principal
La iglesia desde el muelle
Camino de acceso al ascensor
¡Qué maravilla de lugar y de fotos! No conocía este rincón de mi querida Italia. Saludos.
¡Gracias Ana! Me alegra que te haya gustado
Es un monasterio precioso, del que me impresionaron los frescos y su decoración en general. Muy recomendable. Nosotros fuimos en el ferry, que también merece la pena, aunque no tuvimos tanta suerte con el tiempo, ya que era junio y estaba muy nublado. Me ha gustado recordar esa excursión.
Hola Tawaki, ¡muchas gracias por tu comentario! ¿Tienes en tu blog alguna entrada dedicada a este monasterio? Me gustaría enlazarla