Santiago de Compostela
5 de septiembre de 2021

España

La pandemia no solo trajo cosas malas. En mi caso, aquel periodo de encierro y aislamiento me obligó a buscar alguna vía con la que no perder la cabeza, y decidí reencontrarme con mis dos grandes aficiones deportivas: la F1 y el ciclismo. Hacía veinte años que no seguía de forma activa esta última, desde los tiempos de Roberto Heras y Ángel Casero; sin embargo, a lo largo de 2021, y comenzando con una memorable Flecha Valona que vio a Julian Alaphilippe, Primož Roglič y Alejandro Valverde subirse al podio, me tragué todas las carreras ciclistas posibles y redescubrí un mundo que —para qué nos vamos a engañar— nunca había vivido con tanta intensidad.

Por eso, no es de extrañar que aquel domingo me levantara especialmente motivado: la Vuelta Ciclista a España finalizaba esa misma tarde, y el modo elegido para acabarla era ni más ni menos que una contrarreloj que empezaba en Padrón y terminaba en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, con motivo del año santo jacobeo. El recorrido de la prueba cronometrada pasaba por algunas de las calles principales del barrio de Galeras, mi lugar de residencia de por aquel entonces (y que lo sigue siendo ahora), antes de subir la cuesta de San Francisco y acabar a los pies de la Catedral. Para sorpresa de nadie, cuando salimos a dar el paseo matutino a primera hora nos encontramos con varias calles cortadas y con bastante personal comenzando a montar las vallas del itinerario, así como el arco de meta en la celebrada y ya mencionada plaza, y como no podía ser de otro modo aproveché la oportunidad para tomar las que serían las primeras fotos de aquella jornada histórica.

¿Y por qué me ha dado ahora por resucitar estas fotos? Pues porque después de tres años, la Vuelta Ciclista a España vuelve a recorrer las carreteras de Galicia, y esta misma tarde pasarán cerca de Santiago. No tengo mucha experiencia viendo etapas en vivo y en directo, y que yo recuerde la única vez que estuve presente en una fue aquella tarde de domingo en la que anduve corriendo de un lado para otro para ver pasar a cada corredor en un lugar diferente y poder hacer buenas fotos.

Lo que mejor recuerdo de aquel día fue el estruendo de la gente golpeando las vallas a medida que un corredor se iba acercando al punto en el que me encontraba. Eso, y la impresión que me llevé al ver a Fabio Jakobsen, el primero de los corredores que fotografié aquel día—y que portaba el jersey verde de la regularidad—, al pasar frente a mí como una exhalación en la esquina de Galeras con Domingo García-Sabell. A pesar de que ganó la clasificación por puntos en aquella Vuelta, no hizo un gran tiempo en la contrarreloj, pero a mí me dio la sensación de que no había visto a un ciclista ir tan rápido en mi vida.

Pero la mejor parte, evidentemente, vino al final, conforme comenzaban a llegar los ciclistas que mantenían los primeros puestos de la general (uno de ellos fue Michael Storer, con ese jersey tan llamativo de lunares azules que lo designaba como ganador de la clasificación de rey de la montaña, y que se distingue claramente en una de las fotos). Y así pasé el resto de la tarde, mientras se iban sucediendo corredores de diferentes equipos y yo me agenciaba un puesto en primera fila para presenciar la llegada de los últimos.

El penúltimo corredor en llegar sería Enric Mas, que iba segundo en la general a 2:38 del líder, Primož Roglič, y todavía había quien albergaba esperanzas de que pudiera ganar la Vuelta. Cuando lo vi aparecer al final de la rúa de Galeras, en la esquina con Poza de Bar, me llamó la atención que no dejara de mirar hacia atrás, en lugar de centrarse en el recorrido. Al poco descubrí el motivo: Roglič, que había salido un par de minutos después que él, y no contento con rematar la clasificación general, se dispuso a humillar al balear sobrepasándolo en la contrarreloj final. Y así fue; antes de doblar la siguiente esquina y de enfilar hacia la meta, el esloveno ya estaba delante, ganando la última etapa de aquella Vuelta de 2021. Inolvidable.

Casi tres años después de aquella jornada, Roglič y Mas vuelven a estar en los primeros puestos de la Vuelta, pero un audaz Ben O’Connor porta el jersey rojo con varios minutos de ventaja sobre el resto. ¿Aguantará hasta el final? Todavía queda mucha carrera por delante —unas once etapas— y puede pasar cualquier cosa, pero los puertos de montaña de Galicia y Asturias seguramente sean decisivos. A ver si puedo acercarme a alguno de ellos y repetir la indeleble experiencia de 2021.

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