Béziers, Francia

Béziers es una pequeña y antiquísima ciudad del sur de Francia cuya fundación se estima en el 575 a.C., lo que la convertiría en la segunda ciudad más antigua del país por detrás de Marsella. De naturaleza tranquila y provinciana, su escasa población de 70.000 habitantes apenas refleja la importancia que tuviera en tiempos pasados, ya sea durante el Imperio Romano como exportadora de vino blanco, durante el siglo VIII como el punto más al norte al que los musulmanes llegaron antes de su derrota frente a Carlos Martel, o ya en la Edad Media como baluarte de los cátaros, época en la que como parte de la cruzada albigense la iglesia de Roma acabó con la vida de todos sus moradores sin hacer distinción alguna entre herejes y cristianos.

La postal más famosa de esta población languedociana incluye el viejo puente que atraviesa el río Orb, y tras éste el punto más elevado de la ciudad, una colina sobre la que se asienta la catedral gótica de San Nazario. Nosotros, todo hay que decirlo, llegamos a Béziers tras unos 1269 km desde Sevilla, y aquel tranquilo paseo a orillas del río ayudó bastante a desconectar de tantas horas de coche.

Pero lo que más me impactó de Béziers fue sin duda el Pont-canal, una ampliación del Canal du Midi construida en 1858 que permite a los barcos cruzar sobre el río Orb. El Canal du Midi es un canal de 240 km de longitud que une el Atlántico con el Mediterráneo a través del sur de Francia, y está considerado una de las mayores obras de ingeniería del siglo XVII. Más aún, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 1996, alegando su importancia en el nacimiento de la Revolución Industrial y la forma en que su diseño tuvo en consideración los paisajes con los que se iba a mezclar. Nosotros atravesamos este curioso puente a pie, y descubrimos que hay una ruta para hacer en bicicleta a orillas del canal a lo largo de gran parte de su recorrido; una pena que no nos coincidiera ver a ningún barco cruzando por él.

Aparte del Pont-canal, en Béziers se pueden ver varios sistemas de esclusas pertenecientes al trazado original del Canal du Midi, siendo el más famoso el de Fonserannes. Nosotros vimos el que sucede al Pont-canal, que incluye además el puerto de Béziers. Esta zona tenía bastante vida, toda ella alrededor de los barcos que allí estaban atracados. Al otro lado del puerto se podían ver también algunas construcciones interesantes, en especial una mansión de estilo Art Nouveau situada en la Rue René Boyer.

El máximo responsable del Canal du Midi, el matemático e ingeniero Pierre-Paul Riquet, nació precisamente en Béziers allá por el 1609. La avenida principal de la ciudad lleva su nombre, y en ella se encuentra un monumento dedicado a su memoria. Nosotros elegimos esta zona para cenar y terminar aquel día, y en uno de sus restaurantes pude probar una de las cervezas artesanales autóctonas de la zona, llamada La Gorge Fraîche. Como podéis ver, nuestra visita a Béziers fue fugaz e incompleta, pero esperamos volver en un futuro para conocer la catedral por dentro y algunos de los magníficos parques que vimos desde el coche.