Carmona, Andalucía
A escasa media hora en coche de la capital andaluza se encuentra Carmona, un sorprendente pueblo de la provincia de Sevilla que, si bien puede pasar desapercibido sobre el mapa, encierra multitud de sorpresas. Y es que pasear por Carmona es recorrer la historia de gran parte de las civilizaciones que han pasado por Andalucía; parece mentira que una localidad de apenas 28.500 habitantes albergue tanto patrimonio. Sus estrechas calles empedradas invitan no solo a pasear sin rumbo sino también a levantar la mirada y deleitarse con cada uno de sus rincones, ya sea en forma de iglesia, de palacio, o de fortificación. Tengo que reconocer que, a pesar de haberla tenido al lado durante toda mi vida, fue hace no mucho cuando descubrí todo lo que tenía que ofrecer. En esta entrada me dispongo a describir el que fue para nosotros un paseo inolvidable por uno de los pueblos más bonitos de la cuenca del Guadalquivir.
Nuestra visita comenzó en el paseo del Estatuto, desde donde se podía ver la torre de uno de los principales templos de la ciudad: la iglesia de Pedro. Aunque goce de una personalidad propia y de diferentes proporciones, la torre evoca sin ápice de duda a la Giralda de Sevilla, lo que nos recuerda la cercanía geográfica con esta ciudad. La iglesia fue construida en piedra y ladrillo entre los siglos XV y XVIII, y en su interior destaca la capilla sacramental, situada a la derecha del altar mayor. Dicho altar puede resultar algo discordante, ya que está compuesto por una serie de cuadros que nada tienen que ver con el resto de retablos de la nave. Esto se debe a que el retablo original se perdió en un incencio acaecido en 1984.
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro
Al salir de la iglesia de San Pedro nos encontramos de frente con la puerta de Sevilla, también llamada alcázar de Abajo (ya veremos más adelante cuál es el de arriba), una de las antiguas entradas de Carmona. Hoy en día no queda mucho de las murallas, que antiguamente encerraban un recinto de casi 50 hectáreas, pero esta fortaleza nos indica que estamos adentrándonos en el casco antiguo de la ciudad. Al atravesarla llegamos a la plaza del Palenove, una de las múltiples plazuelas de Carmona y desde la que se podía divisar la torre de la iglesia de San Bartolomé, templo gótico del siglo XV. Muy cerca de allí se encuentra la Biblioteca Municipal, antigua casa-palacio de los Domínguez.
Puerta de Sevilla
Puerta de Sevilla
Plaza del Palenove
Iglesia de San Bartolomé
Casa-palacio de los Domínguez (Biblioteca Municipal)
Casa-palacio de los Domínguez (Biblioteca Municipal)
Subiendo por la calle Domínguez de la Haza se llega a uno de los lugares más bonitos de Carmona, la plaza del mercado de abastos, un inmenso patio rectangular levantado sobre el solar del antiguo convento de Santa Catalina. Desde ahí seguimos hasta otro rincón con encanto, la plaza de Arriba o de San Fernando, de donde parte la calle El Salvador. En esta calle se encuentran el ayuntamiento, antiguo colegio de los Jesuitas, y la iglesia del Salvador, de corte clásico y en cuya fachada lateral se puede ver un elaborado relieve del escudo de armas del rey de España.
Plaza de Abastos
Calle Domínguez de la Haza
Plaza de San Fernando
Ayuntamiento de Carmona
Iglesia del Divino Salvador
Iglesia del Divino Salvador
Y por fin, llegamos a la joya monumental de Carmona: la iglesia prioral de Santa María de Gracia. Construida a partir de 1424, es el máximo exponente arquitectónico de la ciudad, el principal templo católico, y una parada obligada para cualquier amante del arte religioso. Se levantó a partir de la mezquita mayor de Carmona, siguiendo cierto paralelismo con la catedral de Sevilla, lo que se aprecia tanto en su planta como en el llamado patio de los naranjos. La torre es de finales del siglo XVI, y está rematada por un original chapitel alicatado en blanco y azul y con forma de pirámide. Destacan en su interior el camarín de la Virgen de Gracia y el retablo de la Virgen de la Antigua, situados a izquierda y derecha respectivamente del altar mayor, y por supuesto el propio retablo principal de la iglesia.
Iglesia de Santa María
Museo de la Ciudad de Carmona
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Iglesia de Santa María
Nada más salir de la iglesia por el Patio de los Naranjos, llegamos a la plazuela del Marqués de las Torres, hogar también del convento de las Descalzas y de una estatua de Santa Ángela de la Cruz. Por lo que pude leer, el convento también merece la pena una visita, pero no tuvimos la oportunidad de verlo abierto.
Plazuela del Marqués de las Torres
Desde la plazuela se veía a lo lejos una torre cuadrangular rematada por cuatro buhardillas. Se trata del mirador del convento de Santa Clara, fundado en 1460 y hogar todavía de una pequeña comunidad de monjas. Una de ellas nos recibió en la puerta, y nos invitó a visitar tanto la iglesia como el claustro y el pequeño museo situado en la torre. El precio de la entrada es de 2€, en mi opinión algo completamente simbólico comparado con el valor de la visita en sí. La iglesia es de una sola nave rematada por un artesonado de madera y con un presbiterio cerrado por tracerías góticas. Además de la iglesia, me gustaron especialmente las galerías del claustro y la subida a la torre, desde donde pudimos ver un panorama de las torres de Carmona a la luz del atardecer.
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Convento de Santa Clara
Nuestro paseo nos llevó por la calle Dolores Quintanilla hasta el extremo oriental de la ciudad vieja de Carmona, la puerta de Córdoba, de origen romano y ampliamente restaurada a lo largo de los siglos. Está flanqueada por dos torreones octogonales, y tiene forma de arco triunfal. Desde allí, una amplia explanada nos permite admirar el paisaje de la Vega de Carmona, dividida en dos por la Autovía del Sur proveniente, cómo no, de Córdoba.
Calle Dolores Quintanilla
Casa en la Calle Dolores Quintanilla
Casa en la Calle Dolores Quintanilla
Puerta de Córdoba
Calle Dolores Quintanilla
Puerta de Córdoba
Puerta de Córdoba
Puerta de Córdoba
Y como no podía ser de otra forma, como buen compostelano de adopción quise que nos dirigiéramos a la iglesia de Santiago, no muy lejos de allí. Por desgracia, estaba cerrada, pero una característica cruz en la fuente de la plaza y un azulejo representando al santo matando moros durante la mítica batalla de Clavijo nos confirmaban inequívocamente la advocación del templo.
Iglesia de Santiago
Fuente en la Plazuela de Santiago
Azulejo con Santiago Matamoros
Calle María Auxiliadora
Juzgado de Primera Instancia e Instrucción
Plazuela de San José e Iglesia de Santa María
Terminamos la visita en el punto más alto de Carmona, el alcázar del Rey Don Pedro, también llamado de Arriba en contraposición con la ya mencionada puerta de Sevilla. En la actualidad es un Parador Nacional de Turismo, y se puede acceder al conjunto por la puerta de Marchena, una espectacular entrada con forma de arco de herradura que bien recuerda a las antiguas murallas de las ciudades del norte de África. A pesar de servir como hotel en la actualidad, se pueden visitar varias de sus restauradas estancias sin estar alojado, y así hacerse una idea de la primitiva grandiosidad de este castillo de origen islámico remodelado por el rey Pedro I.
Alcázar del Rey Don Pedro
Alcázar del Rey Don Pedro
Puerta de Marchena
Alcázar del Rey Don Pedro
Alcázar del Rey Don Pedro
Alcázar del Rey Don Pedro
Alcázar del Rey Don Pedro
De vuelta al coche, pudimos tener una perspectiva nocturna de las calles de Carmona y de varios de los monumentos que habíamos visitado durante la tarde. Nos quedaron muchas cosas por ver, sobre todo el conjunto arqueológico romano en donde destaca la Necropólis con las tumbas de Servilia y del Elefante. Por suerte, en octubre del presente año tenemos un compromiso ineludible en esta ciudad y esperamos encontrar un hueco para completar nuestra visita. Para terminar, comparto el lema que reza el escudo de la ciudad y cuya veracidad pudimos comprobar con nuestros propios ojos: «Sicut Lucifer lucet in Aurora ita in Vandalia Carmona» (como el lucero brilla en la aurora, así brilla en Andalucía Carmona).
Convento de las Descalzas
Plaza de San Fernando
Puerta de Sevilla
Referencias / Información adicional
- Carmona – Wikipedia (en castellano)
- «Carmona: ciudad y monumentos», S & C ediciones (1993).
Carmona tiene un patrimonio monumental y artístico impresionante, como bien pudimos contemplar en parte en este agradable paseo. Me ha gustado mucho la entrada y las fotografías.
Itinerario muy interesante y muy buena fotografía. Un placer leerte