Skyline de Frankfurt
Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

(Día 5 – Continuación) Bajamos de la Main Tower con la intención de dar un paseo por el centro de Frankfurt. Yo ya estaba un poco acostumbrado al frío después de todo el invierno allí, pero mi hermano asegura que en ese momento fue cuando lo pasó peor. Justo en Willy-Brandt-Platz (todas las ciudades alemanas parecen tener dedicada una plaza a este señor, tan importante en la unificación de Alemania y Europa), y al lado de la famosa Eurotower, llegó una corriente de aire gélido que nos dejó atontados un rato. Creo que estábamos a 10 o 12 grados bajo cero.

Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

Desde allí atravesamos la Ciudad Vieja (o Altstadt) con un destino muy claro: Römerberg, una pintoresca plaza (de las más bonitas de Alemania) en donde se conservan muchos edificios históricos, como el Römer (que da nombre a la plaza) y la Iglesia de San Nicolás. La plaza estaba llena de banderas como las que había en Maguncia, con los colores del carnaval.

Römerberg
Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

El barrio situado entre Römerberg y la Catedral estará en obras hasta 2016 (más información: Dom-Römer-Projekt), con el objetivo de reconstruir todas las viviendas antiguas que se destruyeron durante la Segunda Guerra Mundial (seis bombardeos asolaron Frankfurt entre 1943 y 1944), así que hasta entonces me temo que será un poco desesperante caminar por esta zona (os lo digo por experiencia propia).

Aún así, conseguimos llegar a los pies de la magnífica Frankfurter Dom, la Catedral de San Bartolomé. Es una iglesia gótica de arenisca roja reconstruida en los años 50, ya que el interior salió ardiendo durante aquellos bombardeos. Su torre de 95m de altura es uno de los símbolos de la ciudad, y se puede subir a lo más alto de ella para disfrutar de las vistas. Sin embargo, en los últimos años poco ha podido hacer para competir con los gigantescos rascacielos que ahora le hacen sombra (de hecho, como ya habíamos subido a la Main Tower, ni nos lo planteamos… además, hay una clara diferencia entre usar un ascensor y unas escaleras…).

Catedral de San Bartolomé
Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

En realidad estaba haciendo exactamente el mismo paseo que la primera vez que estuve en Frankfurt, unos meses antes, con la excepción de que la vez anterior no entré en la catedral. Al salir de ésta bajamos el Puente Viejo, o Alte Brücke, uno de los mejores lugares desde los que observar el impresionante skyline de Frankfurt. Se nos acababa el tiempo que habíamos destinado a esta gran ciudad de Alemania, así que volvimos hasta la Commerzbank Tower, cerca de donde habíamos aparcado el coche.

Vistas desde el Puente Viejo
Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

Commerzbank Tower
Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

Antes de salir definitivamente de Frankfurt visitamos un estadio más, el Commerzbank-Arena, estadio del Eintracht Frankfurt y del FSV Frankfurt. Nos llevamos una sorpresa enorme ya que mientras buscábamos la tienda vimos que algunas puertas estaban abiertas y pudimos entrar a ver su interior… una pasada. La tienda no estaba abierta, pero nos llevamos de recuerdo una bufanda del 1. FC Nürnberg que alguien se había dejado allí el anterior partido.

Commerzbank-Arena (Estadio del Eintracht Frankfurt y del FSV Frankfurt)
Frankfurt, Alemania. 11 de febrero de 2013

Y por fin, nuestro siguiente destino: Worms. El curioso nombre de esta ciudad (Worms en inglés significa ‘gusanos’…) proviene de Borbetomagus, palabra gala usada para los asentamientos sobre terreno pantanoso. De ahí pasó al latín Vormatia, al hebreo Vermayza, al polaco Wormacja, y por último al alemán Worms… En fin, una historia.

En octubre de 2012, mientras iba en coche desde Heidelberg hasta Hahn sin GPS, sin copiloto y sin mapa, me perdí absolutamente y terminé en Worms sin siquiera saber que esta ciudad existía. Recuerdo atravesar mientras anochecía un puente medieval y terminar a los pies de una maravillosa catedral románica, momento en el cual paré y pregunté dónde me encantraba, qué hacía para salir de allí, y dónde estaba el Aeropuerto de Hahn (al final llegué de milagro), no sin antes decidir que en un futuro volvería a aquella ciudad a la mínima oportunidad.

Total, que meses después me encontraba atravesando junto a mi hermano aquel puente que tanto me llamó la atención en su día: el Puente de los Nibelungos (partes del mítico Cantar de los Nibelungos se desarrollan en esa zona). Le di una tabarra increíble al pobre para que hiciese algunas fotos, ya que sólo tendríamos una oportunidad, pero salieron bastante bien.

Puente de los Nibelungos
Worms, Alemania. 11 de febrero de 2013

Worms fue Ciudad Imperial Libre del Sacro Imperio Romano Germánico, y el principal testigo que tiene de aquella época es la Catedral Imperial de San Pedro (en alemán: Kaiserdom St. Peter), siendo las otras catedrales imperiales de la región la de Maguncia (Mainz) y la de Espira (Speyer). Aparcamos muy cerca, y entramos ya que se encontraba abierta y no se debe jugar con los horarios de las catedrales… Tiene un interior impresionante, no sólo por la estructura de arenisca roja sino también por la decoración barroca, gótica y en algunos casos románica (la poca que ha sobrevivido a su extensa historia).

Catedral Imperial de San Pedro
Worms, Alemania. 11 de febrero de 2013

Al salir la rodeamos, sobre todo para ver su fachada occidental, la más famosa. Por esa zona hay muchos jardines que merecen la pena, y la nieve que había caído aquellos días los hacía aún más pintorescos.

Catedral Imperial de San Pedro
Worms, Alemania. 11 de febrero de 2013

Nos dimos un buen paseo por el centro de la ciudad hasta que nos perdimos, ya que no buscábamos nada concreto. Me sorprendieron las anchas calles de Worms (no es una ciudad muy grande) y la gran vitalidad que se respiraba en ellas aquel lunes invernal. Cuando nos cansamos paramos a comer en un restaurante de comida rápida llamado Nordsee. En España no tenemos de eso que yo sepa, pero está especializado en pescado y decidimos probarlo por la novedad. Nos llevamos una gran decepción, ya que no era precisamente barato, la comida no era muy buena, y las patatas estaba de pena… Para no volver a pisar un local de esos, vaya.

Worms, Alemania. 11 de febrero de 2013

En definitiva, Worms me gustó bastante y pude ver tranquilamente su catedral, que para eso quería ir. Me quedé con las ganas de explorar un poco más su arquitectura y sus parques, pero teníamos que devolver el coche en Heidelberg bastante pronto y se nos acababa el tiempo… El viaje llegaba a su fin.

Worms, Alemania. 11 de febrero de 2013

Ya lo que quedaba de viaje simplemente consistió en volver a Heidelberg y devolver el coche que nos acompañó aquellos días tan bien aprovechados… Me despido con una foto de los souvenirs que se trajo mi hermano del Westfalenstadion y de Willy-Brandt-Platz, exactamente la misma que hice antes de coger el coche. ¡Espero que os haya gustado la narración del viaje! En breve escribiré el diario resumido para los que no se quieran tragar tantas fotos y tanto texto, ¡hasta pronto!

Heidelberg / Walldorf, Alemania. 11 de febrero de 2013