Cinco días en la provincia de A CoruñaMayo/Junio de 2014Iª parte: Santiago de Compostela y A Costa da Morte
Cabo Vilán
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
Hace una semana hice una escapada a Galicia a visitar a mi amigo M.A., que desde septiembre/octubre vive en Santiago de Compostela. El plan inicial era estar allí unos días y si había suerte (que la hubo) y M. libraba el viernes, alquilar un coche y recorrernos la costa desde Fisterra hasta La Coruña.
(Día 1) Poco que contar, para mí fue un día normal trabajando por la mañana y con clases por la tarde, hasta que a las 20’35 cogí el avión de Sevilla a Santiago. El vuelo fue sin problemas, y nada más llegar cerveceamos en el aeropuerto mientras esperábamos el bus (nos faltó tiempo). Una vez en la ciudad, cenamos cerca de la Plaza Roja.
Aeropuerto de Lavacolla
Santiago de Compostela, España. 28 de mayo de 2014
Ya era tarde, pero eso no nos impidió salir a dar un paseo por el centro y que M. me enseñase el ambiente fiestero de Santiago (a pesar de ser miércoles, el día siguiente allí era fiesta y los bares estaban hasta arriba). Y así fue mi primer día en la capital gallega después de 14 años sin pisarla.
Plaza Roja
Santiago de Compostela, España. 28 de mayo de 2014
(Día 2) Nos levantamos todo lo temprano que la noche anterior nos permitió y tras comer en casa de M. salimos a la calle a ver la ciudad. La primera parada fue el Parque de la Alameda, un jardín público con paseos, un monumento a Rosalía de Castro, un quiosco, un banco acústico, y sobre todo unas vistas geniales de nuestro principal objetivo: la Catedral de Santiago.
Parque de la Alameda y Catedral de Santiago
Santiago de Compostela, España. 29 de mayo de 2014
El día estaba bastante feo (cosa que parece ser habitual por allí) pero eso no nos detuvo y paseamos bajo la lluvia por las calles del centro.
Santiago de Compostela, España. 29 de mayo de 2014
Cuando llegamos a la Catedral ni nos paramos a verla por fuera porque la lluvia había apretado bastante. Entramos por la puerta de la Fachada de las Platerías y estuvimos un buen rato dentro: le dimos el abrazo al Santo, vimos el botafumeiro (completamente estático, por desgracia), nos colamos en una explicación en galego del andamiado Pórtico de la Gloria y visitamos todas las capillas que estaban abiertas.
Catedral de Santiago de Compostela
Santiago de Compostela, España. 29 de mayo de 2014
Cuando volvimos a la calle ya se había calmado un poco la lluvia y pudimos rodear la catedral por el camino más largo desde la Plaza de Platerías hasta la Plaza del Obradoiro, encontrándonos un gaitero por el camino.
Catedral de Santiago y Plaza del Obradoiro
Santiago de Compostela, España. 29 de mayo de 2014
El resto de la tarde la pasamos andando por el resto del centro y algo de las afueras. Cerca de un hospital abandonado nos encontramos con dos personas (por separado) que buscaban el mismo sitio (el Albergue del Seminario Menor), y éste resultó estar en la otra punta de la ciudad. Espero no estar nunca igual de perdido que ellos en una ciudad desconocida…
Santiago de Compostela, España. 29 de mayo de 2014
(Día 3) Nos levantamos temprano (esta vez temprano de verdad) y fuimos a la estación de tren de Santiago. Habíamos reservado un coche de alquiler para llegar hasta el Cabo Finisterre y luego recorrer la Costa da Morte hasta donde nos diese tiempo. Tras perdernos varias veces por el camino en una de las infinitas aldeas de Galicia (no llevábamos GPS) llegamos a nuestro destino, que tras una curva aparecía sin avisar ante nuestros ojos.
Cabo Finisterre
Fisterra, España. 30 de mayo de 2014
Aparcamos el coche cerca de uno de esos cruceiros tan característicos de Galicia y Portugal y tras comprar un par de souvenirs en la tienda de rigor, nos dirigimos hacia el faro. Pasado éste, le echamos valor (yo al menos lo necesitaba) y por aquel vericueto llegamos lo más lejos que el sentido común nos permitió. Allí nos sentamos a contemplar el fin del camino: Finis Terræ.
Cabo Finisterre
Fisterra, España. 30 de mayo de 2014
A la vuelta en coche nos paramos en la estatua de un peregrino que habíamos visto a la ida, y llegamos de nuevo al pueblo de Fisterra, que no es muy grande pero su puerto de pesca y la playa de la Langosteira nos llamaron la atención y paramos a hacer alguna que otra foto.
Cabo Finisterre, Puerto de pesca y Playa de la Langosteira
Fisterra, España. 30 de mayo de 2014
Nos habían recomendado varias personas que nos desviáramos un poco de la ruta para ver la Cascada del Ézaro, en la desembocadura del río Xallas. No estaba en nuestros planes y sin embargo fue de lo mejor que vimos en todo el día. Un salto de agua impresionante (a pesar de la central eléctrica que lo rodea) y una ría llena de barcos abandonados, que le recomiendo a cualquier persona que visite el Cabo Finisterre (se encuentra apenas a 20km de allí).
Desembocadura del río Jallas en Santa Uxía del Ézaro
Dumbría, España. 30 de mayo de 2014
Seguimos con el plan original y cogimos la carretera otra vez con el fin de llegar hasta Muxía a ver si conseguíamos comer algo antes de continuar nuestro viaje. Tras unos cuantos kilómetros llegamos a su puerto de pesca y nos perdimos (para variar) mientras buscábamos el acceso a la Punta de la Barca, pero la desorientación fue bastante fructífera ya que M. atisbó un restaurante con muy buena pinta en el paseo del puerto.
Íbamos con la intención de probar comida típica de la zona y sin pensarlo mucho nos sentamos allí y pedimos para compartir los dos primeros platos que tenían apuntados en la pizarra: pulpo flambeado y revuelto de algas y erizo. Sin palabras, estaba delicioso, y nos dió fuerzas para reanudar nuestra aventura.
Restaurante O’Coral y puerto de pesca
Muxía, España. 30 de mayo de 2014
Ahora sí, encontramos el camino y llegamos a la Punta da Barca, con su característico faro y, sobre todo, su Santuario de la Virgen de la Barca, que salió ardiendo hace poco debido a un rayo [1][2][3]. La estructura (salvo el tejado) sigue en pie, pero el interior desapareció calcinado por las llamas. Me encantó este lugar, sentados allí en las piedras escuchando las olas y con aquel escenario a nuestro alrededor. Bueno, hasta que las olas empezaron a romper con fuerza y la marea a subir y estuvimos a punto de quedarnos aislados en las rocas…
Faro y Santuario de la Virgen de la Barca, Punta de la Barca
Muxía, España. 30 de mayo de 2014
Y otra vez al coche, con la intención de llegar al puerto de Camariñas, pero nos perdimos (una vez más) y terminamos cerca de la aldea de Moraime, justo en la dirección contraria… Vimos un cartel que rezaba Miradouro do Monte Facho y que señalaba hacia un camino sin asfaltar con mínimo 700% de pendiente. Por supuesto, subimos, y desde lo más alto se divisaba Muxía, la Punta de la Barca, Camariñas y todo el Cabo Vilán. Unas vistas maravillosas que no estaban planeadas… ¡No hay nada como improvisar!
Mirador de Monte Facho, Moraime
Muxía, España. 30 de mayo de 2014
Decidimos retomar el camino a Camariñas preguntándole a una amable señora como salir de allí. Parecía que nunca íbamos a llegar a nuestro destino ya que por el camino vimos otro cartel que decía Cemiterio dos Ingleses. M. tenía conocimiento de ese lugar y dijo que podía merecer la pena, así que hicimos la cabra por allí cerca, regresamos sobre nuestros pasos y tomamos el desvío.
Nos volvimos a perder por pueblos que ni aparecen en el mapa buscando el cementerio hasta que sin proponérnoslo estuvimos muy cerca de varios de los aerogeneradores que se veían desde el mirador (que más tarde identificamos como el Parque eólico Peña Forcada). Yo nunca había estado cerca de uno de ellos e intentamos aproximarnos lo máximo posible. Las fotos creo que hablan por sí solas (bueno, y el video).
Parque eólico Peña Forcada
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
En una de las aldeas cercanas al parque eólico preguntamos por el cementerio de los ingleses y resultó que en una bifurcación (sin indicaciones) tomamos Ley de Murphy mediante el camino que no era. Volvimos sobre nuestros pasos a corregir nuestro error y por esas carreteras tan bien asfaltadas (…) llegamos al impresionante Cabo do Trece, con vistas a la duna rampante de Monte Branco.
Cabo do Trece
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
Y allí se encontraba, por fin, el Cementerio de los Ingleses (¡qué trabajito!). El cementerio es pequeño y rudimentario, y en él se enterró a los marineros del HMS Serpent, un crucero de la Marina Real Británica que naufragó en 1890 frente a esta costa.
Cementerio de los Ingleses, Cabo do Trece
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
Ironías de la vida, salimos hacia Cabo Vilán y por el camino nos encontramos los restos de la gabarra Prima, que encalló aquí el pasado 14 de enero [1][2]. Las labores de desmantelamiento seguían en pie cuando nosotros pasamos a su lado, aunque gran parte de su estructura/carga ya no estaba.
Playa de Reira y gabarra Prima embarrancada
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
Y por fin, Cabo Vilán, nuestro objetivo original al salir de Muxía. Aparcamos el coche cerca del faro con la esperanza de poder llegar hasta el final, pero no está preparado para ello y como máximo se llega a una oficina de turismo/cafetería/cosa rara en la que simplemente te dicen que no puedes seguir avanzando. Una pena, pero las vistas desde allí y sobre todo del camino hasta el faro son increíbles.
Cabo Vilán
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
Atravesando otro parque eólico llegamos al puerto de Camariñas. Después de todo lo que habíamos visto, nos supo a poco, pero nos unimos a los lugareños y llegamos hasta el final del espigón.
Puerto de pesca
Camariñas, España. 30 de mayo de 2014
Y se acabó lo que se daba. Salimos de allí ya con la intención de volver a Santiago y en el camino paramos brevemente en Vimianzo, un pintoresco pueblecillo pero que no disfrutamos porque ya estábamos cansados. Finalmente, llegamos a Santiago y dimos una vuelta por la feria que había montada en la Alameda, pero no mucho tiempo que al día siguiente había que seguir aprovechando el coche. ¡El resto de la aventura la contaré en la siguiente entrega!
Vimianzo, España. 30 de mayo de 2014
Un día muy bien aprovechado. Lugares preciosos y pintorescos.