La procesión de la Santa Sangre de Brujas, Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad

Una de los lugares que más me llamaron la atención la primera vez que visité Brujas en verano de 2010 fue la Basílica de la Santa Sangre. En su interior se guarda una reliquia que contiene la sangre de Jesucristo, un trozo de tela que, según los Evangelios Apócrifos, José de Arimatea conservó al terminar de limpiar el cuerpo de Jesús tras su muerte.

Según la tradición, un cruzado llamado Teodorico de Alsacia trajo la tela de vuelta de Tierra Santa en la Segunda Cruzada (o en la Cuarta, según la versión). En la actualidad se cree que esta reliquia se consiguió más probablemente durante el Asedio de Constantinopla de 1204, ciudad en la que durante algún tiempo también se encontró la Sábana Santa.

Desde el siglo XIII, cada año en la fiesta cristiana del Día de la Ascensión (cuarenta días después del Domingo de Resurrección) se celebra en esta ciudad flamenca el llamado «Día más hermoso de Brujas». Miles de ciudadanos se unen en una procesión que forma parte de la historia y que es considerada por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La procesión consiste, en primer lugar, en una representación teatral móvil de muchas escenas de la Biblia. Entre ellas podemos ver a Adán y a Eva siendo expulsados del Paraíso por Dios Padre, a Moisés portando los Diez Mandamientos y a los pastores que han recibido la buena nueva. Todo ello acompañado cada cierto tiempo por bandas de música.

Después el Antiguo Testamento da paso al Nuevo y escenas de la infancia de Jesús se suceden hasta dar paso a las estaciones del viacrucis. Ver a Jesús interpretado por un niño de no más de ocho años discutiendo en neerlandés con los sacerdotes del templo o a un soldado romano portando la cabeza de San Juan Bautista no tiene desperdicio.

El viacrucis estaba impecablemente conseguido y, como sevillano que soy, me resultó curiosísimo poder contemplar las similitudes y diferencias entre la Procesión de la Santa Sangre y la más que conocida Semana Santa de mi ciudad natal.

Finalmente, una representación de la sociedad medieval (incluyendo a un caballero portando una réplica del frasco que contiene la Santa Sangre) da paso a varias reliquias de algunos santos y a la custodia que contiene la sangre de Jesús. Todo el mundo se levanta para ver cómo pasa, portada por varios hermanos de la Noble Hermandad de la Santa Sangre.

Yo vi la procesión en la calle Steenstraat, muy cerca de la Catedral del Salvador. Había sillas para alquilar por 7€ y sin pensárnoslo mucho cogimos un par de ellas en primera fila. Luego había en varios lugares del recorrido huecos donde verla de pie, pero la vimos muy cómodos y muy bien (y sentados, que se agradece).

Resultó una vivencia muy interesante, no solo por el obvio paralelismo con la Semana Santa de Sevilla con la que he crecido desde muy pequeño y por la curiosidad que me despetaba sino también por integrarme en una de las tradiciones más antiguas de Flandes. Normalmente cuando viajo solo visito la ciudad a la que voy, pero esta vez aparte de verla y pasear por ella la viví. Una experiencia inolvidable.

Información adicional

UNESCO: Procesión de la Santa Sangre (en español)